El cine checo triunfa en las citas internacionales gracias a jóvenes realizadores
P. SOTO VARSOVIA.
El cine checo , que durante años fue uno de los más vigorosos de Europa, ha vuelto a renacer. Una ola de jóvenes realizadores que estudiaron en la prestigiosa escuela de cinematografía FAMU de Praga triunfa en los festivales internacionales y recibe el apoyo entusiasta del público de su país. Atrás quedaron para siempre los años de plomo posteriores a la entrada de las tropas del Pacto de Varsovia en Checoslovaquia, en 1968.
La 'nouvelle vague' (nueva ola) checa que surgió gracias al director Milos Forman desapareció o se fue al exilio. Tras los años difíciles de la transición, donde las grandes producciones cinematográficas estadounidenses inundaron el mercado checo y muchos realizadores se quedaron sin financiación, en la última década, el corazón de la creatividad ha vuelto a latir. Karlovy Vary vuelve a ser un gran festival internacional. Directores como Petr Zelenka, Jan Hrebejk y Bohdan Sláma, junto con veteranos como Jiri Menzel y Jan Svankmajer, atraen a un numeroso público en Chequia y triunfan en la escena internacional. Contrariamente a lo que ocurre en otros países europeos, los cineastas checos tienen la suerte de tener al público de su país a su lado. Después de Francia, Chequia es el país europeo donde los ciudadanos disfrutan más de su cine nacional. Petr Zelenka lo cuenta así: «Lo que de verdad es especial aquí en mi país es que al público le gustan las películas checas. Tenemos un gran apoyo de la audiencia. Todos los años, entre las 10 películas más vistas, al menos cinco son checas».
La comedia suele ser el común denominador de muchos nuevos cineastas checos. En Chequia, «la comedia, cuando está bien hecha, es una forma de revelar las miserias y estupideces de nuestra sociedad», dice el director Jan Sverák. «No hay cosa más difícil que hacer una buena comedia que ponga sobre la mesa la estupidez humana», añade el actor Bolek Polívka.
fuente: http://www.nortecastilla.es
El cine checo , que durante años fue uno de los más vigorosos de Europa, ha vuelto a renacer. Una ola de jóvenes realizadores que estudiaron en la prestigiosa escuela de cinematografía FAMU de Praga triunfa en los festivales internacionales y recibe el apoyo entusiasta del público de su país. Atrás quedaron para siempre los años de plomo posteriores a la entrada de las tropas del Pacto de Varsovia en Checoslovaquia, en 1968.
La 'nouvelle vague' (nueva ola) checa que surgió gracias al director Milos Forman desapareció o se fue al exilio. Tras los años difíciles de la transición, donde las grandes producciones cinematográficas estadounidenses inundaron el mercado checo y muchos realizadores se quedaron sin financiación, en la última década, el corazón de la creatividad ha vuelto a latir. Karlovy Vary vuelve a ser un gran festival internacional. Directores como Petr Zelenka, Jan Hrebejk y Bohdan Sláma, junto con veteranos como Jiri Menzel y Jan Svankmajer, atraen a un numeroso público en Chequia y triunfan en la escena internacional. Contrariamente a lo que ocurre en otros países europeos, los cineastas checos tienen la suerte de tener al público de su país a su lado. Después de Francia, Chequia es el país europeo donde los ciudadanos disfrutan más de su cine nacional. Petr Zelenka lo cuenta así: «Lo que de verdad es especial aquí en mi país es que al público le gustan las películas checas. Tenemos un gran apoyo de la audiencia. Todos los años, entre las 10 películas más vistas, al menos cinco son checas».
La comedia suele ser el común denominador de muchos nuevos cineastas checos. En Chequia, «la comedia, cuando está bien hecha, es una forma de revelar las miserias y estupideces de nuestra sociedad», dice el director Jan Sverák. «No hay cosa más difícil que hacer una buena comedia que ponga sobre la mesa la estupidez humana», añade el actor Bolek Polívka.
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